nelson mandela
Los negros, en aquel tiempo en Sudáfrica, no podían estudiar, junto con los blancos, en la misma escuela, colegio o universidad; comprar en las mismas tiendas; usar la misma peluquería; tratarse en el mismo hospital; y, ni siquiera sepultarse en el mismo cementerio.
Los negros, en aquel tiempo en Sudáfrica, no podían estudiar, junto con los blancos, en la misma escuela, colegio o universidad; comprar en las mismas tiendas; usar la misma peluquería; tratarse en el mismo hospital; y, ni siquiera sepultarse en el mismo cementerio.
Maestro Educador
Sr. Ing. Civ. Joffre Estuardo Roldán Izquierdo
blog: http://www.razonador-docente.blogspot.com/
msn: jroldan44@hotmail.com

Para empezar, debe reconocerse que el apartheid fue un caso único de racismo flagrante. El Partido Nacional, que llegó al poder en Sudáfrica en 1948, hizo del apartheid una política de Estado y propugnó la perniciosa ideología de que personas de origen racial diferente no podían convivir en igualdad y armonía.

Los negros, en aquel tiempo en Sudáfrica, no podían estudiar, junto con los blancos, en la misma escuela, colegio o universidad; comprar en las mismas tiendas; usar la misma peluquería; tratarse en el mismo hospital; y, ni siquiera sepultarse en el mismo cementerio.

La Asamblea General, el Consejo Económico y Social y la Comisión de Derechos Humanos han dedicado miles de reuniones a debatir la discriminación racial y han adoptado cientos de resoluciones al respecto. Otros organismos de las Naciones Unidas, en particular la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), han contribuido de forma significativa a esta labor común.

Son muchas las frases cargadas de sabiduría que nos dejó Nelson Mandela; un hombre que hasta el fin de sus días luchó por un mundo más justo, por la libertad y el término de la discriminación. Sin duda es una de las personas que marcaron un antes y un después en la historia, tanto con sus discursos como con sus acciones y convicciones, que siempre se mantuvieron inamovibles.  

Es precisamente contra este sistema que Mandela luchó desde 1944, cuando pasó a formar parte del Congreso Nacional Africano justo después de licenciarse como abogado. Abolir las políticas del Apartheid fue su misión número uno, y continuó con ello hasta lograrlo en la década del 90.

Fiel defensor de los derechos humanos y ganador del premio Nobel de la paz, lo recordamos hoy con una selección de sus frases más emblemáticas, inspiradoras y reflexivas.

“La mayor gloria no es no caer nunca, sino levantarse siempre”.

 “Nunca debería ocurrir que esta tierra hermosa experimente la opresión de una persona por otra”.

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

En 1962, al regreso de un viaje para recaudar fondos, Mandela fue detenido y condenado a cinco años de cárcel. Estando en prisión, fue declarado culpable de sabotaje, traición y conspiración violenta para derrocar al Gobierno en el conocido juicio de Rivonia, a cuyo término dirigió a los jueces su célebre alegato final, lleno de firmeza y dramatismo, aunque ello no impidió que fuese condenado a cadena perpetua. A pesar de estar preso, ese mismo año fue nombrado presidente del Congreso Nacional Africano.

Por fin, en febrero de 1990, Frederik de Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, abrió el camino para abolir la segregación racial. Legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela. En 1993, Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz y el 27 de abril de 1994 Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.

Por todas estas razones Nelson Mandela es inmortal, me resisto a creer que haya un negro que no lo recuerde, y que transmita a sus hijos su obra.

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